![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs9PWWhdeo7qxZ1EcvQftCtK1V9nx1e50Ui1f_9xybMsEf2wKq9Hvkfn3rg6GvHbdQNez6D_WR9tVdYuSj1v9ZVxX0ZxJ13R-4ndUjAOYdXvAP6k9Ho-lhBrK7HM-HnCyFzkf3uATFNHrv/s320/mar.jpg)
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicAoguCgHHjlI_koqhoZOLgJrLZBmNZ24GylMMyQVFvLnnNiObzNjW1P5aaLXhVR7OUsAKXenm38-Czdt8jkGNmc7lvTpB_Yf1jBalHshmIAhjIkYNc2hXtn-aChDN8mjoZZjP9ntQfciV/s320/esperanza_400.jpg)
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer
todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli
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